GUNS N’ROSES. Apetito e ilusión por una nueva democracia. Crítica y crónica Festival Costa de Fuego, Benicassim 2012

La instantaneidad de un medio como Internet hace que leamos las crónicas de los conciertos al día siguiente del mismo. Eso tiene su lado bueno, y su lado malo. El bueno, el concierto está reciente y por lo tanto se puede valorar mejor  el sonido, el repertorio, etc… El malo: la emoción y el fanatismo pueden cegar lo que ha sido un concierto mediocre en un concierto de diez (¿os suena la crónica de un tal Rafa Basa de París 2012? Buscadla y sospecharéis sobre si éste y Axl son amantes). Yo soy fan de Guns N’Roses desde la era Illusion, año 1991, si bien los conozco desde el famoso Sweet Child que explotó como hit single en 1988. Como muchos fans, me hice con Lies y Appetite casi al unísono que los Illusions, y mi fanatismo propinó que incluso hiciese un collage que os adjunto en la crónica y que fue incluso utilizado en un especial de bandas de rock por la revista española Heavy Rock (ahora La Heavy).

Con esos antecedentes, creo que será más fácil entender mi crónica del que fue el, antepenúltimo concierto de la última gira de la banda (una gira que yo considero más de Greatest Hits que del Chinese). He visto a Guns N’Roses en cuatro ocasiones. La primera fue decepcionante en 1993 en Madrid pese a ser con Duff y Slash, la vi desde gradas y era casi imposible distinguir las canciones; la segunda fue ilusionante pero me supo a ensayo (de nuevo en Madrid en 2006 con menos público y cabreado por las dos horas de espera del sr. Rose). La tercera fue en El Egido, menos de dos meses después y fue sin duda la mejor, con el aliciente de contar con el fundador Izzy Stradlin de invitado. La cuarta ha sido este año y ya no tenía ni el factor sorpresa de nuevas canciones, ni el factor sorpresa del repertorio, ni ninguna sorpresa esperada… La pregunta entonces, es, ¿cumplió el concierto mis expectativas? Un rotundo sí.


Cuando Axl Rose salta al escenario, lo siento, pero uno se da cuenta de que sigue siendo uno de las últimas grandes estrellas del rock & roll. ¿Qué grupos o solistas le han hecho sombra desde entonces? ¿Linkin Park, Marilyn Manson, Slipknot…? No me hagáis reír, por favor.  Axl Rose puede ser un tremendo capullo, puede dar conciertos mediocres, desastrosos o grandes, puede ponernos de los nervios a los fans por no sacar su próximo disco en plazos razonables…. Pero el hijo de puta es salir al escenario y calla todas las bocas. Así lo sentí en Benicassim. Y mira que su voz solo brilló cuando él quería que brillara, muy especialmente en el comienzo con Chinese Democracy y el triplete del Appetite (Welcome-Easy-Brownstone), en baladas como This I Love o en “sorpresas” como mi adorada y recuperada Used To Love Her. Pero esa “reserva” vocal se suplía con su entrega como frontman, sus clásicos bailes, sus cambios de indumentaria, su chulería, la acertada pirotecnia y videos proyectados… De acuerdo, ya no son los originales y lo sabemos, pero yo que he sido fan de todas las formaciones os aseguro que esta actual formación hace justicia a los clásicos de la banda. Y menudo repertorio: siete temas del Appetite, clásicos recuperados de Illusions en la gira como Civil War o Estranged que pensé que jamás volvería a ver en vivo; canciones combinadas con sus clásicas versiones de McCartney y Dylan junto a otras de los Stones (Dead Flowers, que Axl registró junto a su excompañero Gilby Clarke en el primer disco en solitario de este exGun) o su reiterada versión del Whole Lotta Rosie de AC/DC, otra banda que apenas varía repertorio en sus giras. Respecto a la actual banda que acompaña al jefe, todos tienen su momento de lucimiento, siendo la mayoría completamente prescindibles (lo siento, pero el bajista Stinson no es Duff aunque hayan mamado de las mismas influencias punkeras). 

Solo el “odiado” Dj Ashba se nota que consigue mover a las masas casi tanto como Rose, lo que me hace pensar que no ha sido tan mala elección como piensan la mayoría de los fans: cuando bajó a saludar durante uno de sus solos hubo una avalancha donde me encontraba para tocarle a él y a su guitarra, con eso os lo digo todo. Y por cierto, fue él quien se llevó la “hostia” en esta ocasión, ya que se cayó para atrás en uno de sus bailes si bien reapareció al instante ante los aplausos del respetable.

Sé que mi crónica no es convencional ni pretende serlo, si queréis ver el repertorio lo tenéis de sobra en otras crónicas: fueron tres horas de concierto que yo hubiera dejado en dos y media suprimiendo solos y dando mayor ritmo al concierto, demasiados temas lentos seguidos… pero no faltó ningún clásico. Aunque no hubiese estado mal que hiciesen algún guiño al denostado Spaguetti Incident, ¿Axl sabrá que temas como Since I Don’t Have You siguen sonando en cafeterías de todo tipo o que el single Ain’t It Fun fue nº1 en una famosa radiofórmula española? Pues eso. No obstante, la mejor imagen del concierto la define una chica que tenía al lado de unos treinta años, completamente emocionada con temas como November Rain o Don't Cry.

Axl es Axl, lo siento, no lo puedo odiar. Al verlo, me frustro porque me hubiera encantado ver así de cerca a iconos como Michael Jackson o Freddie Mercury, incluso a Kurt Cobain, algo que jamás sucederá mientras no se inventen los viajes en el tiempo. Su próximo paso, eso sí, ha de ser crucial. De él depende de si quiere seguir la dinámica de orquesta con esta banda o si por el contrario, sorprenderá a propios y extraños con un disco hard rockero que no se demore mucho más de medio año. Esperemos y soñemos con nuevos videoclips para el mismo, algo que hubiese hecho que los temas del Chinese fuesen todavía más clásicos. Mientras tanto, habrá que conformarse con ver a Tom Cruise jugando a ser Axl Rose.

 Collage y crónica: Andrés Brotons. Fotografías cortesía de Roxy Alive

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